lunes, 26 de marzo de 2012

De acuerdo, lo admito, es más que probable que ser profesor de filosofía no sea... mi gran sueño. Yo quiero ser escritor, esto es así, y no hay más que hablar. Se que no es más que un sueño utópico, pero bueno, soñar es gratis. Sí ya, como escritor no valgo un carajo, pero uno tiene que escribir para escribir, y prometo que respecto a eso hago todo lo posible.
Siempre he escuchado que escribir es un trabajo desagradecido, no podría estar más de acuerdo, cada palabra que escribo duele y terminas aborreciendo cada texto tan solo de verlo pudrirse en tu blog.
(por cierto "Buda del Templo de la Primavera" para quién quiera algo de literatura de mercadillo)
Pero al final te puede el ansia de fama y fortuna, qué le vamos a hacer.

lunes, 5 de marzo de 2012

Dale un arma a un niño (O sobre como acabar con la superpoblación mundial)

El mundo es muy pequeño, o nosotros muy grandes según se mire. Sea como fuere, el caso es que hace no mucho cumplimos los 7.000 millones de habitantes en este, nuestro gran planeta gris. Y ya puestos, decidí buscar remedio a tal problema. Procedamos con el análisis de unas cuantas soluciones:


El suicidio colectivo es la primera que me viene a la mente, pero por lo general la gente no se anima, y los que se animarían de presentárseles la ocasión, por lo general, ya no están entre nosotros.


Mudarnos a otro planeta es una idea preciosa, rollo ciencia-ficción, pero aparte de ser solo una solución para los próximos años (solo tardamos 200 en pasar de 1.000 millones a 7.000), no creo que estemos preparados. Tened en cuenta que en cuestión de viajes interplanetarios estamos un poco verdes (un par de viajes a la Luna y ya nos creemos parte de una novela de Asimov).


El control de la natalidad es una idea para tiempos modernos, demasiado fría para los que todavía se consideran Seres Humanos. Es más, solo trata de imaginar un gobierno que impida a sus ciudadanos hacerlo como conejos (aparte del chino, que trata, en efecto, a su gente como mano de obra), las consecuencias son evidentes. Rebeliones, guerras civiles, hecatombes nucleares por doquier... Por eso a algunos, el control de la natalidad les parece una solución de bárbaros.


Así pues, como solución última, he ideado el sistema que terminará a la vez con las guerras (obsoleto sistema de control demográfico) y con la superpoblación. Y es que en ocasiones la "amplia" mirada del hombre es un poco obtusa. Me atrevo a predecir que la cantidad de armas en activo es muy alta, tal alta, que tal vez pueda abastecer a gran parte de la población infantil (sino a toda).


He aquí mi proyecto, esta navidad, cambia la Barbie por un subfusil, cambia el robot por un machete, en fin, esta navidad ¡Regálale un arma a un niño!

viernes, 9 de diciembre de 2011

Análisis objetivo de la perfección

En vista de las peticiones no recibidas para la elaboración de este "artículo", me veo tristemente obligado a componerlo sin necesidad:

//Análisis objetivo de la perfección//
Es bien conocido que el movimiento depende de la posición del que observa. Es posible aplicar este mismo principio básico a muchos de los conceptos fundamentales de la civilización humana que; como la belleza, el orden o la perfección (que es el tema a tratar en este “ensayo”) son totalmente subjetivos o “de opinión”.
La perfección es comúnmente definida como la ausencia de errores, fallos o imperfecciones (palabra que viene más al caso). Por otro lado, el diccionario define perfección como la cualidad que aporta mayor plenitud de esencia, es decir, si imagináramos una pelota, un planeta y un globo aerostático; la esencia que comparten se encontraría en la forma esférica. Siendo así, un acercamiento a la perfección relacionado con el ejemplo anterior podría ser una bola de acero ya que guarda una mayor relación con la pura esencia de los cuatro elementos, tiene mayor “nivel” de perfección ¿Reside la perfección en la simplicidad?
Por desgracia la simplicidad incluye en su definición gran cantidad de connotaciones negativas. Aburrido, soso o insustancial son términos muy relacionados con lo simple. Ahora bien, teniendo en cuenta lo anterior, la simplicidad es un defecto y esto entra en conflicto con la primera definición de perfección.
He aquí la necesidad de establecer una definición de perfección más coherente (aún siendo la anterior válida si se considera la simplicidad como una virtud). Llegados a este punto me gustaría pedir un regreso a la ignorancia (en materia de perfección) para poder asimilar correctamente la siguiente idea:
Hace tiempo conocí a una chica, ella opinaba que el fallo aporta sustancia y que solo algo sustancial puede ser perfecto. También solía decir que ya que nada es comúnmente perfecto, todo lo era a su manera.
“Ser” es la cualidad más positiva aplicable a un algo y lo completa hasta hacerlo casi ideal. Nada que no “sea” puede ser perfecto, no puede estar finalizado. “Ser” se convierte así en la esencia, y solo “siendo” se es puro en ella.

martes, 15 de noviembre de 2011

Breve repaso a la naturaleza del hombre

Freud opinaba que la naturaleza del hombre era benévola. Decía que eran la sociedad y otros factores externos quienes corrompían su supuesta pureza original, ahora bien, ¿No es acaso la sociedad invento del hombre? 

El hombre desarrollo la actual sociedad partiendo de una sociedad primitiva animal (parecida probablemente a la de los primates actuales y que consiste en el dominio de un individuo macho), este tipo de sociedad es instintiva y natural en la mayoría de los animales, por lo tanto, cuando el hombre tomo conciencia de si mismo la sociedad ya estaba establecida. De esto se deduce que la respuesta a la pregunta anterior es negativa ya que la sociedad no es invento consciente del hombre sino de la naturaleza. Aun así, la actual desarrollada, lo ha hecho de tal manera que incluso lleva a individuos a la autodestrucción (cosa impensable en la sociedad natural), aquí es donde vuelve a aparecer la naturaleza humana.

Según mi teoría, las personas vivimos en un equilibrio inestable, basta la mas mínima fuerza (una pelea, la perdida de mucho dinero) para devolvernos a nuestro equilibrio estable. Aunque estable no es la mejor manera de definirlo. Tal vez debáis verlo como una vuelta al estado primitivo de la persona, una expresión de su verdadera naturaleza que puede ser momentánea o no (imagina a una persona que solía utilizar una talla de pantalón demasiado pequeña y de repente se da cuenta de lo cómodo que se esta con una más ancha). La persona es, según esta manera de pensar, desequilibrada, perversa y egoísta. Un ejemplo:

Hoy he ido ha hacerme una radiografía. Había cola, así que me quedé esperando. Mientras lo hacia vi como un niño empezaba a llorar porque no le dejaban sentarse en el suelo y deseé poder echarme a llorar y tirarme al suelo, de hecho, estoy seguro de que muchas personas que esperaban de pie como yo hubiesen querido hacerlo. Claro que en nuestra sociedad, por lo general lo que de verdad se piensa se esconde y solo los pensamientos mas banales salen a relucir. Pero no estoy intentando cambiar nada (no tengo fuerzas ni ganas), ni quiero soñar con un mundo distinto, solo deseo entender el por que del comportamiento y de nuestro erróneo (y por ahora inalterable) estilo de vida

(Marzo de 2010, aprox)

¿Por qué filosofía?

A decir verdad, yo siempre había querido estudiar psicología, pero por azares de la vida me he visto obligado a escoger entre opciones menos deseadas, pero no por ello indeseadas...


La filosofía me gusta porque me despierta la curiosidad, y sobre todo, porque me sorprende.
Veamos, se trata de una especie de iluminación repentina, descubrir un camino lógico que siempre me había pasado inadvertido me resulta, cuando menos, una sensación orgásmica.


En ese sentido de revelación es en el que la disfruto, y nada mejor que encontrar tú mismo el camino para conseguir un subidón de autoestima.


Y eso es lo que pretendo, subírmela, que mi psicólogo ya está harto de mis tonterías.